Se trata de árboles que encontramos en zonas de poca altitud que no necesitan un reposo invernal largo, tal como sucede con el melocotonero y que prefieren inviernos cortos y veranos largos. La nectarina es sensible a la humedad dada la posibilidad de desarrollar enfermedades que le produciría un ambiente húmedo.
Respecto al terreno ideal para el cultivo de la nectarina diremos que ganan los suelos profundos con un drenaje excelente. Además, dado su exceso de alcalinidad similar al melocotonero, se recomiendan suelos ácidos.