El árbol es originario de Grecia y fueron los romanos los que lo expandieron al resto de países en los que ahora la cereza o guinda, fruto del cerezo, se consume de manera habitual como cualquier otra fruta.
En lo que se refiere a las condiciones climáticas apropiadas para el cerezo, podemos decir que se trata de un árbol flexible que se adapta a diferentes terrenos pertenecientes a zonas de clima templado.
Es un árbol tolerante al frío que aguanta hasta los -20ºC pero las flores se pueden dañar a partir de los -2ºC.
En cualquier caso, el cerezo tiene una floración tardía que permite su supervivencia a heladas primaverales tardías, esas a las que son tan sensibles la mayoría de árboles frutales, sobre todo los que tienen una floración temprana.