Es un tomate sorprendentemente dulce y jugoso, con un contrapunto justo de acidez, muy sabroso, aromático y de pulpa crujiente.
El tomate negro puede ser muy variable en cuanto a su tamaño.
Madura desde dentro hacia afuera, por lo tanto, está en el punto ideal para el consumo cuando está bien firme al tacto. Cuanto más maduro, será más dulce el sabor y menos crujiente la pulpa.