Tiene grandes dimensiones, con un color verde muy llamativo que, dependiendo de la edad con la que se recolecte, suele tener los bordes de las hojas de color rojizo. Destaca por la textura mantecosa y tierna. Su sabor es delicado pero intenso, tiene algunos matices ligeramente dulces, lo que la hacen una lechuga muy interesante para muchas recetas ya que sorprende a cualquier paladar.
Un gran porcentaje de su composición es agua, cerca del 95%, por ello tiene una textura crujiente y refrescante. Tiene un bajo aporte calórico debido a su composición acuosa, alrededor de unas 13 kcal por cada 100gr. Entre muchas de sus propiedades destaca su contenido en vitaminas A, C y nutrientes como el potasio, calcio y sodio.